Este procedimiento dura entre 10 y 15 minutos y es indoloro. El rayo láser (un haz de luz de alta energía) se centra en el drenaje del ojo. Este láser no produce un agujero en el ojo sino que cambia el sistema de drenaje del ojo de una manera muy sutil para que el humor acuoso sea capaz de pasar más fácilmente la malla trabecular, lo que disminuye la presión intraocular.
Después de este procedimiento, muchos pacientes responden suficientemente bien como para ser capaces de evitar o retrasar la cirugía. Si bien puede tomar un par de semanas para el completo efecto hipotensor de este procedimiento, tiempo durante el cual puede que tenga que seguir aplicándose sus medicamentos, muchos pacientes son capaces de interrumpir por un tiempo algunos de sus medicamentos. Sin embargo, esto no es cierto en todos los casos.
La cirugía con láser se ha vuelto cada vez más popular como un paso intermedio entre las drogas y la cirugía tradicional, aunque las tasas de éxito a largo plazo son variables. El tipo más común que se realiza para glaucoma de ángulo abierto se denomina trabeculoplastia.
Se utilizan gotas para anestesiar el ojo y evitar así que haya dolor, así como gotas para contraer la pupila y facilitar el procedimiento. Igualmente se aplican gotas para disminuir el riesgo de hipertensión ocular. El procedimiento completo dura entre 5 y 10 minutos.
Este procedimiento no es para mejorar la visión, no cambia la fórmula de gafas, no genera alteración en los síntomas de sequedad ocular como lagrimeo o ardor ocular.
DR. Javier Eduaerdo Espinel P